Todas las minorías






Marcos es gay en San Francisco,
negro en Sudáfrica,
asiático en Europa,
chicano en San Isidro,
anarquista en España,
palestino en Israel,
indígena en las calles de San Cristóbal,
chavo banda en Neza,
rockero en CU,
judío en la Alemania nazi,
ombudsman en la Sedena,
feminista en los partidos políticos,
comunista en la posguerra fría,
preso en Cintalapa,
pacifista en Bosnia,
mapuche en los Andes,
maestro de la CNTE,
artista sin galería ni portafolios,
ama de casa un sábado por la noche en cualquier colonia de cualquier ciudad de cualquier México,
guerrillero en el México de fin del siglo XX,
huelguista en la bolsa de New York,
reportero de nota de relleno en interiores,
mujer sola en el metro a las 10 p.m.,
jubilado en plantón en el Zócalo,
campesino sin tierra,
editor marginal,
obrero desempleado,
médico sin plaza,
estudiante inconforme,
disidente en el neoliberalismo,
escritor sin libros ni lectores,
y, es seguro, zapatista en el Sureste mexicano.

En fin, Marcos es un ser humano cualquiera en este mundo.

Marcos es todas las minorías intoleradas, oprimidas, explotadas, resistiendo, diciendo "¡ya basta!".

Todas las minorías a la hora de hablar y mayorías a la hora de callar y aguantar.
Todos los intolerados buscando una palabra, su palabra, lo que devuelva la mayoría a los eternos fragmentados, nosotros...

Todo lo que incomoda al poder y a las buenas conciencias, eso es Marcos.



Subcomandante Insurgente Marcos
Ejército Zapatista de Liberación Nacional
Comunicado del 28 de mayo de 1994.

ESPAÑA, APARTA DE MI ESTE CALIZ

Niños del mundo,

si cae España -digo, es un decir-
si cae
del cielo abajo su antebrazo que asen,
en cabestro, dos láminas terrestres;
niños, ¡qué edad la de las sienes cóncavas!
¡qué temprano en el sol lo que os decía!
¡qué pronto en vuestro pecho el ruido anciano!
¡qué viejo vuestro 2 en el cuaderno!

¡Niños del mundo, está
la madre España con su vientre a cuestas;
está nuestra maestra con sus férulas,
está madre y maestra,
cruz y madera, porque os dio la altura,
vértigo y división y suma, niños;
está con ella, padres procesales!

Si cae -digo, es un decir- si cae
España, de la tierra para abajo,
niños, ¡cómo vais a cesar de crecer!
¡cómo va a castigar el año al mes!
¡cómo van a quedarse en diez los dientes,
en palote el diptongo, la medalla en llanto!
¡Cómo va el corderillo a continuar
atado por la pata al gran tintero!
¡Cómo vais a bajar las gradas del alfabeto
hasta la letra en que nació la pena!

Niños,
hijos de los guerreros, entre tanto,
bajad la voz, que España está ahora mismo repartiendo
la energía entre el reino animal,
las florecillas, los cometas y los hombres.
¡Bajad la voz, que esta
con su rigor, que es grande, sin saber
qué hacer, y está en su mano
la calavera hablando y habla y habla,
la calavera, aquélla de la trenza,
la calavera , aquélla de la vida!

¡Bajad la voz, os digo;
bajad la voz, el canto de las sílabas, el llanto
de la materia y el rumor menor de las pirámides, y aún
el de las sienes que andan con dos piedras!
¡Bajad el aliento, y si
el antebrazo baja,
si las férulas suenan, si es la noche,
si el cielo cabe en dos limbos terrestres,
si hay ruido en el sonido de las puertas,
si tardo,
si no veis a nadie, si os asustan
los lápices sin punta, si la madre
España cae -digo, es un decir-
salid, niños del mundo; id a buscarla!...


(c) César Vallejo